Cuando los síntomas de alergia se vuelven frecuentes o difíciles de controlar, la mejor manera de obtener un diagnóstico preciso es mediante pruebas de alergia. Estos estudios ayudan a identificar exactamente a qué sustancias reacciona tu organismo y permiten diseñar un tratamiento personalizado.
En este artículo te explicamos qué tipos de pruebas existen, cómo prepararte y qué esperar durante y después del estudio.
Si presentas estornudos, tos, falta de aire o congestión, lo más común es iniciar con pruebas cutáneas.
Puede ser necesario complementar con análisis de sangre.
Para dermatitis o irritación, suele usarse la prueba de parche.
El tipo de prueba dependerá siempre de tu historial clínico y de la valoración de un alergólogo certificado.
Suspende antihistamínicos al menos 5 días antes (consulta a tu médico antes de hacerlo).
Evita usar cremas o perfumes en el área donde se aplicará la prueba.
Informa a tu especialista sobre medicamentos actuales y condiciones médicas.
Acude relajado: la prueba es rápida, poco invasiva y segura.
Los resultados suelen estar disponibles el mismo día (en pruebas cutáneas) o en pocos días (en análisis de sangre).
El especialista interpretará los hallazgos y te explicará qué alérgenos son responsables de tus síntomas.
Con esta información, se diseña un plan que puede incluir medicación, cambios en tu estilo de vida o inmunoterapia personalizada.
Las pruebas de alergia son la herramienta más efectiva para obtener un diagnóstico preciso y mejorar tu calidad de vida. Saber qué provoca tus síntomas es el primer paso para controlarlos y vivir mejor.
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